El cuerpo humano procesa la información del dolor y la información del movimiento por canales completamente distintos. Cuando sufrimos molestias, solemos pensar que el dolor señala directamente el origen del problema, pero esto no es así. El dolor es un mecanismo complejo, amplificado por el cerebro, modulable, influido por emociones, inflamación, hábitos, postura y experiencias previas. Precisamente por eso, evaluar tu cuerpo únicamente desde la presencia o ausencia de dolor es una estrategia limitada. En Equilibrio Club, en Alicante, utilizamos una vía diferente: la vía sensorial del movimiento, que nos permite entender cómo está reaccionando tu cuerpo en tiempo real y qué cambios son realmente positivos para él.
La vía del dolor no te dice lo que crees
El dolor no es un indicador fiable de si un ejercicio es bueno o malo para tu cuerpo. Es una señal de alarma que el cerebro utiliza para protegerte, pero no siempre señala la causa. Puedes sentir dolor en una zona que no es la responsable del problema, o no sentirlo aunque tu cuerpo esté generando compensaciones. Por eso el dolor es una brújula útil para saber que algo ocurre, pero no para saber qué ocurre.
Estudios como Pain as a homeostatic emotion: An integrative review muestran que el dolor se genera y se modula en múltiples niveles del sistema nervioso, no solo en los tejidos. Y trabajos como Movement evoked pain: A distinct mechanism explican cómo el cerebro puede anticipar dolor incluso sin daño estructural. Cuando entendemos esto, comprendemos que entrenar escuchando solo la sensación de dolor es entrenar con un mapa incompleto.
Por eso, tanto en ejercicio terapéutico como en entrenamiento respetuoso, necesitamos un sistema más preciso, estable y objetivo que nos permita saber si nuestro cuerpo está respondiendo de forma positiva.
La vía sensorial del movimiento: cómo el cuerpo responde al instante
Aquí entra en juego la vía sensorial: un sistema formado por millones de receptores distribuidos por tus músculos, articulaciones y tendones. Son como espías internos que registran tensión, estiramiento, presión y velocidad, y envían esa información en tiempo real a la corteza motora y somatosensorial del cerebro.
Dos de los receptores más importantes son:
El huso neuromuscular, que detecta el estiramiento del músculo y su velocidad.
El órgano tendinoso de Golgi, que monitoriza la tensión que los músculos generan.
Estos receptores trabajan todo el tiempo, incluso cuando estás quieto, recopilando datos y enviando al cerebro información que este utiliza para ajustar tu postura, la fuerza, el equilibrio y la coordinación. Y lo más potente: las respuestas son instantáneas, lo que permite saber en segundos si un ejercicio está reorganizando tu cuerpo o si lo está llevando al bloqueo.
Cuando entendemos esta lógica, entrenar deja de ser “hacer repeticiones” y se convierte en un diálogo continuo con tu cuerpo. Esta es la base del movimiento sensacional y del entrenamiento respetuoso que aplicamos en Alicante.
Cómo podemos medirlo: dos tests sencillos que revelan mucho más de lo que imaginas
La gran pregunta es:
¿Cómo sabemos si un estímulo está reorganizando el cuerpo correctamente?
A través de dos tests de movilidad activa que hemos mostrado en nuestros vídeos:
👉 Test 1 – Rotación toracolumbar para movilidad lumbar.
Permite observar si tu columna rota con fluidez hacia un lado y hacia el otro manteniendo la cabeza mirando al frente. Si tras un ejercicio la rotación mejora o se mantiene, el cuerpo está integrando bien el estímulo.
👉 Test 2 – Test ilíaco-costal para movilidad lumbar.
Consiste en llevar suavemente la pala ilíaca hacia la costilla contraria, como si quisieras acercar la rodilla al hombro opuesto. Es un test excelente para observar cómo se mueve la zona lumbar en un gesto funcional.
Ambos deben realizarse de forma isocinética, es decir, sin aceleraciones ni tirones. De esta manera se detecta con claridad dónde aparecen bloqueos, rigideces o limitaciones, y cómo cambian después de cada propuesta de movimiento.
Puedes verlos aquí:
Vídeo Test 1 Rotación toracolumbar para movilidad lumbar.
Vídeo Test 2 Test ilíaco-costal para movilidad lumbar.
La clave: el cuerpo responde en segundos (y esta respuesta es más fiable que el dolor)
Tras cada propuesta de movimiento, repetimos los tests. Si el rango se mantiene o mejora, es que el cuerpo está integrando bien el estímulo. Si se reduce, el cuerpo lo rechaza, aunque no duela. Esta es la gran revolución: no dependes de sensaciones subjetivas, sino de respuestas neuromotoras objetivas.
Esto evita entrenar “a ciegas”, evita progresiones demasiado agresivas y evita también caer en el error de pensar que, si no duele, está bien. Es un nuevo paradigma de entrenamiento: uno basado en evidencias corporales instantáneas.
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Conclusión
Comprender cómo responde tu cuerpo al movimiento es el primer paso para entrenar sin dolor y con la seguridad de que cada ejercicio te acerca a tu objetivo. En Equilibrio Club, en Alicante, utilizamos esta vía sensorial para evaluar de forma instantánea cómo se reorganiza tu postura, cómo se coordinan tus músculos y cómo evoluciona tu columna, para que puedas avanzar sin miedo, sin frustración y sin entrenar a ciegas.
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