La mayoría de personas creen que empezar a entrenar significa simplemente “ponerse en marcha”. Sin embargo, cuando vienes arrastrando molestias, una lesión previa o años de patrones posturales desajustados, entrenar sin una valoración inicial no es solo arriesgado: es empezar por el tejado.
En Equilibrio Club, la valoración inicial es el paso que ordena tu cuerpo, despeja tus bloqueos y determina qué debes hacer primero para entrenar con seguridad, sin dolor y con resultados reales.
La anamnesis: conocer tu historia para entender tu cuerpo
Antes de hacer ningún test, dedicamos tiempo a entender quién eres desde tres perspectivas que lo cambian todo:
1. Historial clínico y lesiones pasadas
Queremos saber si has tenido esguinces, intervenciones, hernias, traumatismos o procesos inflamatorios importantes.
No buscamos “qué te pasó”, sino cómo tu cuerpo se reorganizó después de aquello.
Muchas veces, una lesión antigua deja “huérfano” un segmento del cuerpo: un tobillo rígido, un pie que dejó de pronar, una cadera que perdió movilidad… y todo eso condiciona cómo caminas, cómo te mueves y cómo entrenas hoy.
2. Hábitos diarios
Cómo descansas, si pasas muchas horas de pie o sentado, si cocinas o comes fuera, si caminas, cuánto te mueves… Estos patrones son los que moldean tu postura sin que te des cuenta.
3. Tu experiencia entrenando
Si ya has entrenado fuerza, si ha sido en grupos o de forma individual, si te cuesta “sentir” los músculos o si conectas bien con el movimiento.
Esto determina cómo interpreta tu cerebro las órdenes que te pedimos durante el entrenamiento.
Todo esto nos permite crear una imagen precisa de tu “avatar actual”, no del que fuiste, sino del que eres hoy.
Los tres tests clave que revelan cómo está colocado tu cuerpo
Aquí empieza lo realmente poderoso.
En lugar de mirar tu postura solo “en estático”, analizamos cómo se mueve cada parte clave de tu cuerpo.
Porque cuando un punto se bloquea, no se bloquea por casualidad: revela cómo se ha reorganizado tu postura durante años.
Estos tres tests son los pilares de la valoración inicial:
1. Test de eversión del pie
Analizamos cómo tu pie es capaz de pronarse y evertirse, que es llevar la base del dedo gordo hacia abajo y “enseñar” la planta del pie hacia fuera.
Cuando este movimiento está limitado:
el pie se vuelve rígido,
la presión se va hacia el borde externo,
la base del dedo gordo deja de contactar con el suelo,
y con ello se pierde gran parte de la estabilidad natural del cuerpo.
Esto explica por qué algunas personas “no pueden apoyar bien” o sienten torpeza al moverse.
Test de rotación interna del hombro
Aquí analizamos la rotación del húmero y la libertad de movimiento de la escápula.
Un hombro que no rota internamente revela:
una escápula bloqueada,
un dorsal hiperactivo,
o una sobrecarga en toda la cadena posterior.
Esto explica por qué algunos ejercicios de fuerza “se sienten raros”, duelen o cuesta coordinarlos.
Test de rotación de tronco sentado
Es el test más revelador del conjunto.
Pides al cuerpo que rote a un lado y al otro sin mover la cabeza.
La diferencia entre ambos lados suele ser enorme.
Esa diferencia nos dice:
hacia qué lado rota tu columna en tu postura habitual,
qué lado está más rígido,
dónde se acumula tensión,
y cuál será la clave de tu reorganización postural.
Interpretar los tests: la radiografía real de tu postura
Cuando unimos estos tres tests, aparece un mapa claro de tu cuerpo:
Qué lado rota más
Qué pie funciona mejor
Qué hombro acompaña y cuál no
Qué cadenas musculares están estiradas de más o acortadas de más
Dónde se está “atascando” el movimiento
Gracias a eso podemos explicar por qué:
un hombro levanta peor,
un glúteo no activa,
la zona lumbar se protege,
o tu equilibrio es peor hacia un lado que hacia el otro.
Aquí puedes enlazar (insertado ya):
👉 Dolor lumbar y entrenamiento: cómo el cuerpo decide
Y también este:
Por qué durante las fases iniciales NO entrenamos todo el cuerpo
Aquí está la esencia del método Equilibrio Club.
Durante las primeras semanas, no entrenamos todo el cuerpo como haría un entrenador tradicional.
¿Por qué?
Porque si el cuerpo está desalineado, pedirle que funcione “a dos lados” solo multiplica las compensaciones.
Por eso seguimos este proceso:
1. Recolocar antes de cargar
Primero desbloqueamos los puntos clave que han salido alterados en los tests.
2. Activar lo que está apagado
Algunos músculos llevan años sin participar. Activarlos requiere precisión, no fuerza bruta.
3. Dejar que el cuerpo abra rangos
Cuando los test empiezan a mejorar, el movimiento fluye.
4. Solo entonces: entrenamiento respetuoso
Aquí ya podemos trabajar bilateralmente, aumentar cargas y construir fuerza real.
Este proceso está profundamente apoyado por la evidencia científica:
La relación entre alineación y carga articular está ampliamente documentada en este estudio de PubMed:
Effects of postural alignment on musculoskeletal load distribution
Y la respuesta inmediata del sistema nervioso a estímulos mecánicos se recoge en este clásico:
Ambas líneas de investigación respaldan totalmente la idea de:
“Reorganiza primero, entrena después.”
Por qué esto no es un capricho: es seguridad
Si entrenas sin corregir estos bloqueos, el cuerpo:
compensa,
fricciona,
se protege,
y a la larga… duele.
Si entrenas después de corregirlos:
fluye,
se estabiliza,
mejora el rendimiento,
y el movimiento se vuelve ligero.
Por eso la valoración inicial es la garantía de que no te vas a lesionar y el paso cero del método Equilibrio Club.
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Conclusion
La valoración inicial no es un trámite: es el paso que ordena tu cuerpo, da sentido a tu entrenamiento y evita que entrenes a ciegas.
Si entrenas sin este mapa, avanzas a oscuras.
Si entrenas con él, el cuerpo entiende, se reorganiza y responde.
👉 Reserva tu valoración inicial en Alicante y empieza a moverte con sentido.
En Equilibrio Club te guiamos paso a paso.