Después de entender qué ocurre cuando estiramos un músculo y por qué el estiramiento pasivo no cambia la postura, ahora entramos en la fase clave del método:
el estiramiento activo, es decir, el acortamiento muscular voluntario que reorganiza la estructura del cuerpo.
A diferencia del estiramiento pasivo, que modifica el tejido pero no el control, el estiramiento activo actúa directamente en el sistema nervioso, en la fuerza, en la estabilidad y en la posición real de las articulaciones.
Si quieres entender cómo esta reorganización se integra luego en la postura final, puedes leer Reeducación postural: más allá de ponerte recto.
1. Por qué el estiramiento activo es el lenguaje real del músculo
El músculo no se expresa siendo estirado.
El músculo se expresa acortándose.
Cada vez que se acorta:
genera electricidad
se comunica con la corteza motora
estabiliza las articulaciones
reorganiza líneas corporales
integra patrones de movimiento
Durante un estiramiento activo, el objetivo no es “alargar”, sino activar en un rango donde antes solo había pasividad.
Los estudios son claros: el entrenamiento basado en contracciones voluntarias mejora el control motor, la fuerza y la coordinación entre unidades motoras.
👉 Por ejemplo, hay un estudio donde se observa que las contracciones submáximas repetidas aumentan la excitabilidad corticospinal.
Haz clic aquí para ver el estudio.
Esto significa que cada acortamiento muscular específico:
envía información al cerebro y cambia el mapa corporal.
Y eso cambia tu postura.
2. Cómo el acortamiento muscular reorganiza el avatar corporal
Aquí es donde tu concepto encaja perfectamente, Alejandro.
Si en el estiramiento pasivo tenemos un tejido “más maleable dentro de una carcasa torcida”, en el estiramiento activo ocurre lo contrario:
activas músculos clave
cambias los vectores de fuerza
recolocas segmentos corporales
reequilibras tensiones
reorganizas la “forma del avatar”
Esto es completamente coherente con lo que explicas en el artículo Dolor lumbar y postura corporal: cómo recuperar tu centro, donde el problema no es solo el dolor, sino cómo se coloca el cuerpo y cómo reparte cargas.
El acortamiento muscular dirigido permite:
elevar un hombro que está caído
recolocar la pelvis
cambiar el ángulo escapular
corregir una rodilla colapsada
activar una cadena que estaba “apagada”
Y lo hace desde dentro, no desde la pasividad.
Esto no lo consigue el estiramiento pasivo.
Solo lo consigue el activo.
3. Estiramiento activo, control motor y aprendizaje corporal
El estiramiento activo no solo cambia músculos:
cambia patrones.
Cada vez que haces una contracción voluntaria en un rango específico, el sistema nervioso:
mejora la precisión
reduce la variabilidad no deseada
coordina mejor grupos musculares
reprograma la propiocepción
integra nuevas líneas de movimiento
Hay estudios que muestran que el entrenamiento de activación muscular mejora la estabilidad y el control articular.
👉 Puedes ver un ejemplo aquí: clic aquí.
Esto explica por qué, después de trabajar activamente ciertos músculos clave:
caminas distinto
respiras distinto
te mueves con menos fricción
te colocas mejor sin pensarlo
la postura “se sostiene sola”
Lo que haces con el estiramiento activo es instalar una nueva versión del cuerpo.
Una postura más estable, más inteligente y más funcional.
Esto conecta directamente con lo que explicarás en el artículo siguiente sobre aprendizaje motor.
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Conclusión: el estiramiento activo es el puente entre el tejido y el movimiento
El estiramiento pasivo prepara el campo.
Pero el estiramiento activo construye el edificio.
Con el activo:
mejoras el control motor
reorganizas el avatar
cambias la postura desde dentro
activas músculos clave
integras nuevos patrones en tu día a día